Porque te intuyo frágil
 temo quebrar tus alas
 mariposa azul
 de mi exilio en sombras.
 Por detrás de esos ojos
 y de gastadas palabras
 te sacude el deseo
 y la intuición de mí,
 de la ternura celeste
 de mis manos alfareras,
 destino inevitable
 de tu condición de arcilla.

 Torpes miedos nos sujetan
 las manos
 las lenguas
 y las ganas.
 Cien fracasos nos hielan
 la sangre
 la piel
 y la esperanza. 
 Tal vez, sólo tal vez, 
 soy el todo que soñaste.
Quizás, sólo quizás,
 seas el amor que necesito.
 El caso es:
 quién de nosotros
 saltará primero
 el vacío del otro.
DANIEL OMAR GRANDA



 Icaro
Icaro 
        


 
