La realidad,
tal como la conocemos,
no existe más que en nuestra imaginación.
La realidad
es antojadiza y maleable,
y según por dónde se apriete el pomo,
sale un jugo de guayaba o,
la pus inmunda
que nos cierra la garganta, ahogándonos sin piedad.
Es esa realidad la que nos deja
en un lugar incómodos,
inmóviles
y expectantes.
Es triste, es absurdo y es patético,
pero es la puta realidad.
¿La cosa es cómo salir de esta encerrona?
Cómo zafar de esa realidad inmediata
a la que le damos,
nosotros mismos,
la identidad que le permite sostenerse
en el tiempo.
Esa realidad,
es una mierda realmente
pero…
¿Cómo revertirla y cambiarla?
Esa es la cuestión,
que nos hace perder todas las batallas.
Es esa puta realidad,
que nos estruja y nos aplasta diariamente.
daniel omar granda
Icaro
Miguel: gracias por comprender y respetar mi pedido de que (en adelante) mi nombre y apellido salga en minúscula. Te expliqué mis razones absolutamente lógicas y además, que hacen a mi concepto de la estética: LA OBRA es siempre más importante que el nombre que la acompaña… ¿y cómo señalar dicha situación; a mí, simplemente, se me ocurre esta forma.
Daniel
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