Todas las mañanas sin excepción
me levanto cansado,
miro el teléfono,
tu foto y tus manos
y se esfuma la esperanza,
el hambre en mi cuerpo,
sólo hay eco,
¿dónde aprendiste a crear este vacío?

Preparo café,
mientras lloro tu ausencia,
abro la ventana
que da a esta ciudad ahogada,
Madrid no me salva.

Maldigo el buen tiempo,
como lo llama la gente
por no acompañar mi pena
ten cuidado, sol,
te falta una “o”
para perderlo todo.

Salgo a la calle
con gafas oscuras,
al borde de la cojera,
temblando,
cargando la jaula
invisible de la angustia.

Nostalgia,
frena un poco,
ya no sé cómo nombrarte
en los poemas, hijo
¿qué puedo hacer,
cómo me salvo?

Voy a quitarme el poder
de hacerme daño,
ése es mi deseo.
Tal vez me lo conceda
esta noche,
alguna estrella novata
y llega un nuevo día,
y yo sigo agotado,
la puta tristeza
no tiene tiempo libre,
qué sencillo era el mundo
antes de ti
y qué fácil se dormía
sin echarte de menos.

Un comentario sobre «A MI HIJO, EL ÁNGEL (448)»
  1. After I initially commented I seem to have clicked thee -Notify me
    when new comments aree added- checkbox and now ech time a comment is added I receive four emails with the exact same comment.
    Perhaps there is a means you ccan remove me from that service?
    Thnk you!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial
RSS721
Facebook1k