Las dudas atormentaban y ofendía hasta el más puro silencio. El cielo se me alejaba de mis manos y, el suelo, me quedaba, cada vez, algo más alejado a cada paso que daba.

Llegó un lunes, de esos tan traicioneros como mis viejos amigos… y todo se acabó. Traté de pensar en lo sucedido y, después de muchas deliberaciones, todo se fue por cauce seco.

Conclusiones que no llevan a ningún punto, pero que escatiman en pensamientos libres, con principio pero sin un final ajustado a la medida de la ocasión.

Quizás fue mi torpeza, mi falta de entendimiento, mi carácter inusual, mi falta de tacto… pero, no todas las conclusiones pecan de falta de autoestima. Quizás el destino, tenía un as guardado en su manga y acabó con todo, por puro deseo, por falta de realidad.

Tal vez, a estas alturas, esa circunstancia, me lleve a pensar en cosas que no tienen respuesta, en paralelismos análogos a mi plena conciencia. Deseos subjetivos que alcanzan un período de inestabilidad emocional, plena y duradera.

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Hay algo más tras los cristales del corazón, algo más que me invita a seguir soñando, a mantenerme vivo en éste o el otro mundo. Aún queda vida dentro de mí y aún queda aire que respirar fuera de mi jaula de huesos.

El viento me favorece y, por una vez en la vida, no soy yo el que ha hecho algo mal, por lo que mi conciencia me persigue. Lo dicho anteriormente, es el destino, el cuál ya está escrito.

No tengo claro lo que soy ahora, no tengo decidido mi postura hacia ella… pero, hay algo que permanece y eso es amor. ¿Amor hacia ella?, aún no lo sé, pero sí, un deseo que me lleva a continuar ese sueño, por mucho que me lastimen, por mucho que mi corazón sufra…

Jezabel ✻ 🂽

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Por Jezabel

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