Llegaste así a mi vida,
así de golpe sin contarlo.
Llegaste para llenarla
y lo hiciste sin pensarlo.
Llegaste dando cambios:
subidas, bajadas y giros.
Como sin esperarlo
subiera a una montaña rusa.
Me desvelas a tu vera,
me acurrucas en tu cuna,
me haces sentir tan tuya…
A veces mujer y a veces niña.
Me siento tan viva
cuando espero tu visita,
que cuando estás a mi lado
por nada quiero otro cambio.
Eres como esa balada
que nadie quiere que acabe,
porque te hace vivir y sentir
como si de cuento se tratará.
Eres como ese peluche
sin el que un niño no duerme,
porque siempre lo quiere
cerca de su vientre…
ANA MARÍA QUINTANA RODRÍGUEZ