¿Cómo estás?…
tus ojos se ven cansados
quizás, algo tristes,
más de lo que debiera
no sería saludable.
¿No me hablás?…
la lengua se te anuda
en las palabras
y en este silencio vacío
que te abruma, poco a poco,
sin apuros
va comiendo tus contornos
y tus formas
y reformas.
¿Qué callás?…
Su ausencia,
o la presencia
de esta ausencia.
¿Duele, verdad?…
Dice que es precio justo
para verte crecer,
o creer, quién sabe,
quién quiere saber
quién puede saber.
Sólo tú, soledad,
sólo tú
estás
y esa es la verdad.
*** Daniel Omar Granda ***