Basta, se acabó.
Hoy, por decreto
de necesidad y urgencia,
tiro mi vida al basurero de la historia.
Afirmo, definitivamente,
que mañana: no existe
(más que en la imaginación)
que ayer: es el recuerdo
(pegoteado en la memoria)
que ahora: es lo único que cuenta
(al menos, por el rato que nos dura la existencia).
Para qué desangrarme
inútilmente,
por mejorar mañanas
por superar ayeres.
Decreto, entonces:
vive hoy
como puedas,
como sepas,
quizás,
en utópico intento.
Lo sé, lo palpo, lo siento y lo veo:
mientras digo la palabra, mientras,
la vida se me escurre
como el agua entre los dedos
y nada,
nada,
puede detenerla.
*** Daniel Omar Granda ***