Leí que es una conexión entre dos personas que no puede ser cortada, aun cuando el amor se convierte en odio. Se siguen guardando los sentimientos de cariño en el corazón.
Es lo que me pasa contigo, no puedo odiarte, pero tampoco quererte, ya no. Estamos atados con esa cuerda transparente que llaman destino. Te siento antes de saber que estás ahí.
El destino no se puede cortar, créeme, lo he intentado. Siempre es uno de los dos, siempre es el azar, siempre hay algún error… algo, una disculpa para poder aparecer de nuevo en la vida del otro.
Basta de excusas, aceptemos el Jung y sigamos adelante. No habrá nadie más con quien podamos tenerlo, lo hemos desaprovechado. Ya está, no te odio, no te quiero… solo quiero que no estés en mi vida, aunque la gravedad nos haga colisionar de nuevo. Inevitablemente.
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