¿Si, dígame?
Hola, ¿qué tal?
Pues, dentro de lo que cabe, bien. !Para qué me voy a quejar!
¿Te pasa algo? Como hace tiempo que no hablamos…
Bueno, me pasan cosas, si. Por cierto, me suena tu voz, pero no sé quién eres.
Llevamos casi un año y medio sin vernos y ¿ya no te acuerdas de mi?
Ah, si. Ya sé quién eres. Cambié de teléfono y en el otro tenía tu número restringido. No tenía copia de seguridad de la agenda y he tenido que pasarlos al teléfono nuevo uno a uno. Como podrás adivinar, aún me quedan algunos por pasar. Entre ellos, el tuyo.
Ya veo.
¿Puedo saber para qué me llamas?
Pues para saber de ti que hace mucho que no sé nada.
Hasta ahora no te preocupaste en saber de mi. ¿A qué viene ese interés?
Me gustaría verte y poder hablar tranquilamente. Tenemos muchos recuerdos guardados que quisiera recuperar…
Los tendrás tú. Yo no tengo ningún recuerdo tuyo guardado y menos que quisiera recuperar.
¿Y eso porqué?
Pues vivo en un piso nuevo, rodeado de libros, discos, películas… ¿para qué voy a guardar más mierda?
Vaya cómo eres.
Soy como soy. Lo sabes de sobra. Conoces mi personalidad y mi caracter de memoria. Si algo tengo, y que no gusta mucho, es que me cuesta muchísimo perdonar a quien me hace daño. Es ley de vida. Da gracias a que te estoy hablando ahora mismo y no te mandé a la mierda en la primera frase que has dicho. Quizá me esté ablandando… Date cuenta que esta conversación se inició porque no conocía tu número.
¿No hay manera de que olvides todo lo que pasó?
No. No solo es por ti. También es por tu familia. Son muchos a los que les divierte y les apasiona mentir, reirse de la gente, aprovecharse de todo… Me costaría mucho olvidarme de todo eso, te lo puedo asegurar. Si no quieres nada más, me gustaría finiquitar esta conversación. Tengo muchas cosas que hacer.
¿Eres feliz como eres? ¿Eres feliz como estás ahora?
Pues, sinceramente, creo que eso no te incumba. Ni lo más mínimo te tendría que importar. No es que me importe mucho pero, ¿tú lo eres?
Si, mucho.
Me alegro por ello. No es que sea de dar muchos consejos pero, si eres feliz, ¿para qué coño me llamas? Me imagino que no será para darme celos, porque ya sabes por dónde me paso yo tus celos. Si eres realmente feliz es mejor que lo dejes todo como está y no toques nada. Hasta hace una semana fuí la persona más feliz que existe. Tuve una relación muy corta pero apasionada. Fueron apenas cuatro meses de algo que no puede describir con palabras y que me llenó más que cuatro largos años contigo.
¿En serio piensas eso?
Pues si. Cuando tú te fuiste no derramé ni una sola lágrima pero seguí recordándote y aún lo hago. Cada mañana al levantarme y cada noche al acostarme. Eres la protagonista de cada uno de mis sueños pero, odiarte tanto cada día, hace que no pueda olvidarme de ti. Y no es nada bueno.
Vaya…
Mi vida era perfecta hasta hace apenas una semana. El destino así lo ha querido. La relación se acabó y no hay vuelta atrás. Nunca te das cuenta de lo que quieres a una persona hasta que ya no está a tu lado. Eso me demostró que por ti no sentía gran cosa. La echo muchísimo de menos y no sé cómo voy a reaccionar cuando me la encuentre cara a cara. Pero bueno, la vida sigue…
El tiempo te quita en segundos lo que llevas tiempo cuidando. No hay duda.
¿Y me lo dices tú? No me jodas… Hay que aprovechar todas las oportunidades que se le presentan a uno cada día. Bueno, qué te voy a contar. Lo que no quiero ni pienso es verlas pasar delante de mis narices como una procesión.
La vida siempre nos pone a prueba.
En efecto, siempre nos pone a prueba pero no me acobardo y le enseño los dientes.
¿Y por qué lo dejásteis?
Eso no creo que te importe ni lo más mínimo tampoco. ¿Te pregunto yo acaso el porqué de haberte ido sin darme explicaciones? Quizá en su momento me hubiese importado pero ahora ya no.
No fue así como tú dices.
Ya, claro. Estaba todo planeado y, ahora que ya no estáis juntos, vuelves a ver si queda algo entre nosotros. Déjame decirme que no, no queda nada por lo que debas luchar.
Bueno, se puede hablar todavía.
No creo. No me agrada esta conversación telefónica, así que imagínate en persona. Si no quieres nada más, voy a ir colgando. Como ya te he dicho, tengo mucho que hacer.
¿Estás seguro de que no quieres que nos veamos?
Segurísimo. Nunca estuve tan seguro de algo.
Pues nada más. Adiós.
Genial. Una cosa más. Si me ves por la calle ni se te ocurra acercarte a decirme nada y, por lo que más quieras, ni se te ocurre tampoco volver a llamarme. Te lo agradezco.
Vale, te lo aseguro.
Perfecto. Adiós.
Jezabel ✻ 🂽
Conversación telefónica basada en hechos muy reales.