A veces la rabia, la melancolía y la soledad tocan a mi puerta y, aunque no puedo recibir visitas, ayer les abrí la puerta y allí estuvimos tomando café.

Fuente de la imagen

Las lágrimas asomaron y las dejé salir libremente; y que hicieran ruido. Era imposible contenerlas más. Te echo de menos y lamento que las ganas sean mayores que la distancia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial
RSS721
Facebook1k