Hoy me preguntaron si soy feliz. Claro. En mi cara se dibuja una sonrisa. Disfruto del día, como de la noche cubierta de estrellas, y aún suelo ver esa luna llena. Y soñar, soñar despierto.
Me gusta caminar bajo la lluvia. Sentir el sol. Dejar volar mi imaginación y escribir un poema que hable de amor, de una mujer, de unos ojos hermosos, ojos de Madrid, el color que importa, verdes, negros, café, azules.
Hoy escribo feliz. Me preguntan si sufro por amor. No. Sino no sería amor. El amor es como un poema. Puedes escribir todos los días y llega el momento en el que escribes el mejor poema de toda tu vida.
Piensas que jamás volverás a escribir otro igual pero, en el fondo, sabes que siempre llegará alguien que te regale nuevas letras, otro poema lleno de amor. Quiero parar. Quiero que sea ella.
Nadie pierde esa ilusión de encontrarse a la vuelta de la esquina , una sonrisa y una mirada que nos hable del querer. Y hoy, escribo enamorado.
¿Y el pasado? ¿Me preguntas por el pasado? El pasado es una historia que deja momentos maravillosos, momentos tristes. Llegan y se van personas.
Unas no las olvidarás mientras vivas. Otras, fueron como una estrella fugaz, pasaron sin dejar huella.
Todo es pasado aprendido, porque la vida se escribe de pasados y de presentes. El futuro, Dios sabrá.
De Sol al Cielo