La felicidad. ¿Quién no la busca cada día aunque sea inconscientemente? Y en el caso de que te olvides de ella, los anuncios, la tele, las películas, Netflix, los videojuegos… prácticamente todo lo que te rodea se encarga de susurrarte constantemente al oído «¿Sabes que todavía no eres feliz?».
El problema de esta búsqueda incesante de la felicidad es que puede provocar el efecto contrario: estrés, miedo, ansiedad, desasosiego… Todo porque no has alcanzado ese estado etéreo que seguramente te cuesta definir y concretar con palabras.
«La felicidad, al igual que la infelicidad, es un estado temporal que jamás se puede tener del todo», explica, para Psychology Today, Barton Goldsmith, terapeuta especializado en ayudar a visualizar en éxito y en gestionar las emociones. «La felicidad auténtica no puede ser una constante. Si logras alcanzarla por un rato puedes sentirte afortunado. Pero nada más. Así que sentirte triste por no ser feliz no conseguirá que mejores».
Goldsmith ha reunido una serie de creencias y mitos falsos sobre la felicidad que seguramente han participado alguna vez en tu repertorio mental. Este tipo de pensamientos no te ayudan a estar en el momento presente y a apreciar lo que tienes. Es más: generan frustración y además pueden provocar autosabotajes.
Echa un vistazo a los mitos de más abajo e intenta identificar si piensas a menudo en algunos de ellos. En ese caso, ya sabes que no son ciertos. Una buena idea para contraatacarlos personalmente consiste en crear tu propia verdad, que seguramente será más relativa y realista.
1. «Hay algo malo en mí si no soy feliz todo el tiempo»
Goldsmith explica que los períodos de ausencia de felicidad, que pueden ir desde la rutina hasta la tristeza, son perfectamente normales. «Nadie puede ser feliz siempre». Es más: es posible que estés confundiendo la felicidad con ese cosquilleo o sensación de vértigo. «La felicidad auténtica es más una paz espiritual interior que estar dando saltos de alegría todo el rato». A veces la felicidad es también dar un pasito hacia el objetivo que quieres. Con esta nueva información, prueba a coger boli y papel y hacerte un listado de las diferentes interpretaciones posibles de este estado.
2. «Solo seré feliz cuando tenga mucho dinero»
El dinero es importante en esta vida. Eso nadie te lo va a discutir. Pero una vez ganas lo suficiente para tus gastos necesarios, y para darte caprichos, todo lo demás es un añadido que nada tiene que ver con tu felicidad. Incluso hay verificaciones científicas al respecto: un estudio de la Universidad de Princeton abanderado por el popular sociólogo Daniel Kahneman descubrió que, a partir de un sueldo anual de 75.000 dólares (poco más de 63.000 euros), los participantes de la investigación no notaban ni un solo cambio en su bienestar (ni positivo ni negativo).
3. «Tengo que ser mejor para ser feliz»
«Cuando empiezas a hacerte demandas y acuerdos contigo mismo para permitirte ser feliz en la vida, significa que estás desperdiciando tu día a día», explica este especialista en emociones. Goldsmith aclara que este tipo de promesas («Cuando obtenga lo que quiero seré feliz») se convierten en trampas, círculos viciosos en donde la meta no deja de moverse de forma que jamás alcanzas tus deseos y por lo tanto nunca te permites ser feliz. En ese sentido, la práctica del mindfulness, que no deja de ser aceptación del presente, te puede ayudar.
4. «Cuando encuentre el amor verdadero, seré feliz»
Si esta es tu creencia irracional que ha movido gran parte de tu vida, seguramente has tenido muchos problemas de pareja y de dependencia emocional. Eso se debe a que estás buscando una felicidad validada por un agente externo (la pareja) cuando en realidad la felicidad auténtica viene de dentro. Es más, en el ámbito sentimental se produce una curiosa paradoja: «debemos estar en paz ante la idea de pasar muchos años en soledad para tener la oportunidad de formar una buena relación, porque entonces nos enamoraremos de la persona en lugar de enamorarnos de la idea de no estar solos» (a través de The School of Life).
5. «Si alcanzo una vida plena, jamás volverá a sentirme infeliz»
El problema de apostarlo todo por cumplir un objetivo es que, una vez lo alcanzas, después de una breve etapa de plenitud llega el inquietante «¿y ahora qué?». Es importante no tener un objetivo clave, sino marcar un extenso horizonte con múltiples metas por 2 motivos. El primero es que si te aferras a una situación te costará horrores salir de ella y avanzar. El segundo es que, como dice Goldsmith, «necesitas buscar diferentes formas de plenitud conforme tu vida cambie».
6. «Si no busco constantemente la felicidad, me pondré triste»
«Cuando nuestras vidas se encuentran fuera de nuestro control, creamos nuestro propio estrés al empeñarnos en ser felices, y eso mentalmente es agotador». ¿Qué recomienda este experto? Buscar satisfacción. «Es más fácil de encontrar y normalmente está en nuestro control lograrla y dura mucho más que ese elusivo concepto de felicidad». En general, tu vida mejorará significativamente si aprendes a despreocuparte de las situaciones que ocurren por factores externos y dedicas tus energías a manejar aquello que sí depende de ti.
7. «Cuando la vida vuelva a ser normal podrá ser feliz de nuevo»
Puede que hayas pensado muchas veces esta frase en tiempos de pandemia. Aunque es normal llegar a esta conclusión, existe una verdad universal que es mejor aceptar cuanto antes: «Las cosas jamás vuelven a ser como eran antes. Y en el caso presente, hemos pasado por algo diferente, todo el mundo lo ha vivido y sufrido y es imposible saber qué volverá a entrar en la definición de lo que es normal. No es momento de intentar ser feliz, es momento de disfrutar de lo que tenemos y de lo que nos gusta».
FUENTE:
https://www.businessinsider.es
JEZABEL