Vuelve tus ojos a quienes han perdido todo: el sentido de la vida, los sueños, una razòn para seguir existiendo. Eran làgrimas y ahora ya son charcos.
La tempestad no cesa y viajamos con rumbo perdido. Esa calma que no llega… es el final del camino.
«No intentes que comprenda, que del àrbol caìdo sòlo se hace leña, que no hay peor ciego que èl, que no quiere ver, que mi alma vacìa, queda hundida a sus pies.»
«Recuerda què decìan mis palabras. Eres como la noche, frìa y amarga. Si lo necesitas, te ayudarè y, ahora, emprende el camino que yo te seguirè.»
«Amor te daba y amor te doy… y el amor se rompiò entre los dos.»
Es demasiado tarde y todo tan distinto, que este viento nos hace retroceder. No tengas miedo a la noche.
Es demasiado tarde y todo tan distinto, que este viento nos hace retroceder. No tengas miedo al destino… sino a lo que pueda venir despuès.
«No intentes que comprenda, que del àrbol caìdo sòlo se hace leña, que no hay peor ciego que èl, que no quiere ver, que mi alma vacìa, queda hundida a sus pies.»
«Recuerda què decìan mis palabras. Eres como la noche, frìa y amarga. Si lo necesitas, te ayudarè y, ahora, emprende el camino que yo te seguirè.»
«Amor te daba y amor te doy… y el amor se rompiò entre los dos.»
«No intentes que comprenda, que del àrbol caìdo sòlo se hace leña, que no hay peor ciego que èl, que no quiere ver, que mi alma vacìa, queda hundida a sus pies.»
«Amor te daba y amor te doy… y el amor se rompiò entre los dos.»
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