Abrázala, dale un beso en la frente. Escríbele poesía. Dile que eres el hombre más feliz de este puto planeta y consiéntela con muchos helados. Libros, canciones.
Haz que se recueste sobre tu hombro, dale seguridad. Bríndale, no sólo tu amor, también tu amistad. Llévala al cine. Invítala a ver una obra de teatro. Las mejores almas se enamoran mediante el arte. Llévala a museos, que sepa que no solo la quieres para sexo.
Ella necesita ser escuchada, que alguien le de un consejo, que le abra su corazón. Y no sólo las piernas. Hazle de ese amor chulo, a la antigua. Regalándole flores, ella es de esas pocas mujeres que aún les mueve las cartas escritas a mano. Las serenatas inesperadas, los besos robados y los abrazos de sorpresa. Y si quieres, ten sexo con ella.
Apriétala, arrúllala entre suspiros. Bésale el cuerpo entero, de los pies a la cabeza. Cuéntale los lunares. Recórrele cada una de sus pecas. Hazla la mujer más feliz por una noche. Tú sabrás qué tanto quieres que prolongue su felicidad. Puede ser sólo por una noche o puede que se queda a tu lado toda una vida.
De Sol al cielo
Icaro
