EL PRINCIPIO DEL MOVIMIENTO… (493)

Navegar por cielos tormentosos,
es tarea difícil para cualquier pájaro:
Halcones o Palomas
sufren la lucha diaria por la supervivencia,
con la misma intensidad.

Los halcones sobrevuelan muy alto
en círculos concéntricos, eligiendo a su presa,
y llegado el preciso momento,
se lanzan sobre ellas, quirúrgicamente,
las garras por delante, para inmovilizarlas al vuelo,
llevándolas al nido donde esperan sus pichones,
con el hambre propio de cualquier depredador.

Las palomas, en cambio,
pasan casi inadvertidas cuando buscan su alimento,
atentas y a los saltitos,
picoteando la basura que la sociedad desprecia
y arrojan, sin culpa alguna,
sobre el mismo pavimento que caminan.

De repente,
un gélido silbido  cambia el rumbo de las cosas,
y entonces, una de esas palomas,
ya no podrá volver a proteger su nido,
escondido en alguna ventana, humana e inerte,
donde se puede escuchar el eterno piar
de los pichones, ruidosamente insolentes.

El halcón, en cambio, siempre está alerta
y con las garras listas
para atrapar en su vuelo a la ingenua paloma,
a las que usan, los ciudadanos serios de saco y corbata,
como el símbolo de la paz, del amor y la concordia.
Pero eso sí: No en mi ventana…

¿Será así?
¿Uno es el malo y el otro es el bueno?
¿Uno es la víctima y el otro el victimario?
O será que, en realidad,
los dos se complementan necesariamente.

Es difícil pensar al uno sin el otro.
Es difícil pensar lo bueno sin lo malo.
Lo blanco sin lo negro.
Las luces sin las sombras.

Y en la vida cotidiana:
¿Cuál será nuestro destino?
¿Halcones o Palomas?
¿O los dos, al mismo tiempo?
Palomas y Halcones.
Vaya uno a saber…

La contradicción,
es el principio y la razón de ser
del propio movimiento…

daniel omar granda