“Comité Revolucionario de Mieres y su Concejo.
Hacemos saber:
1º Que el Comité Revolucionario, como intérprete de la voluntad popular, y velando por los intereses de la revolución, se dispone a tomar con la energía necesaria todas las medidas conducentes a encauzar el curso del movimiento. A tal efecto, disponemos:
2º Ordenamos que todos los que se encuentren en condiciones de marchar al frente pasen a alistarse en las oficinas de reclutamiento que a tal efecto tenemos instaladas en los locales Salón Novedades y Grupo Escolar, que servirán de cuartel general que operará en este sector.
3º Cese radical de todo acto de pillaje, previniendo que todo individuo que sea cogido en un acto de esta naturaleza será pasado por las armas.
4º Todo individuo que tenga armas en su poder debe presentarse ante el Comité Revolucionario a identificar su personalidad. A quien se coja con armas en su domicilio o en la calle, sin la correspondiente declaración, será juzgado severísimamente”.
Bando del Comité Revolucionario de Mieres del 6 octubre 1934.
En Mieres daba la sensación de que nada ocurría, dada la normalidad existente. En los establecimientos se había prohibido expender bebidas alcohólicas y los distintos departamento funcionaban con regularidad. Quién más, quién menos, los ciudadanos de diferentes posiciones llegaban al Ayuntamiento a ofrecerse, si para algo podían ser últimes”.
Fernando Solano Palacio. “La Revolución de octubre. Quince días de comunismo libertario”. Fundación Anselmo Lorenzo. 1994.
“Rebeldes de Asturias, rendíos. Es la única manera de salvar vuestras vidas: la rendición sin condiciones, la entrega de las armas antes de 24 horas. España entera, con todas sus fuerzas, va contra vosotros, dispuesta a aplastaros sin piedad, como justo castigo a vuestra criminal locura. La Generalidad de Cataluña se rindió a las tropas españolas en la madrugada del domingo. Companys y sus hombres esperan en la cárcel el fallo de la Justicia. No queda una huelga en toda España. Estáis solos y vais a ser las víctimas de la revolución vencida y fracasada. El daño que os han hecho los bombardeos y las armas de las tropas no son más que un triste aviso del que recibiréis implacablemente si antes de ponerse el sol no habéis depuesto la rebeldía y entregado las armas. Después iremos contra vosotros hasta destruiros sin tregua ni perdón. ¡Rendíos al gobierno de España! ¡Viva la República!”
Panfleto lanzado por la aviación sobre Mieres.
“Al pueblo en general:
La Revolución Social ha triunfado en La Felguera; nuestro deber es organizar la distribución y el consumo en la debida forma.
Rogamos al pueblo sensatez y cordura. Hay un Comité de distribución al cual se debe dirigir todo aquel encargado de cubrir las necesidades de su hogar; este Comité residirá en el Centro Obrero “La Justicia”, y a él se debe dirigir todo aquel que tenga que exponer alguna queja o surtirse del “vale” correspondiente, quedando por lo tanto abolido el dinero al quedar lo mismo la propiedad privada.
A las tres de la tarde se reunirá todo el pueblo en el parque, donde será orientado debidamente.
Sin más por el momento, quedamos vuestros y de la Revolución triunfante,
El Comité Revolucionario.
La Felguera, 6 de octubre de 1934.”
Panfleto del Comité Revolucionario de La Felguera, repartido por Les Cuenques el domingo 7 de octubre. Aurelio de Llano Roza de Ampudia. “La Revolución en Asturias, 1934. Pequeños anales de quince días”. IDEA, Xixón, 1977.
“La unidad ha operado magistralmente en esta primera etapa. Los comunistas se han sumado decididamente al movimiento dando muestras de un extraordinario valor dondequiera que han combatido; y la CNT no ha dudado en salir a la calle, en Mieres, en Ciaño o en Aller, y donde ha dudado (La Felguera), una vez decidido el combate, se ha incorporado a las escuadras de las Juventudes Socialistas de toda Sama que marchan hacia Oviedo. Ni roces ni tensiones entre las fuerzas del movimiento obrero asturiano que han encontrado en estos dos días de combates el más alto nivel unitario de toda su historia.
Un último factor: las dos primeras jornadas de la Revolución han señalado a los futuros cuadros militares: Otero en Sama, que ha destacado particularmente por su valor y su capacidad como organizador; Arturo Vázquez, Llaneza, en Mieres junto con el cenetista Solano y el comunista de izquierda Grossi; Agustín González en Llanera; Belarmino García y Lucio Deago en Olloniego y en Manzaneda; Roces, Angelín Rodríguez, Alonso, Mata. Surgirán nuevos cuadros militares socialistas, anarcosindicalistas y comunistas en los futuros combates de Oviedo y Gijón, pero la primera hornada de dirigentes de la Revolución ya tiene el fusil en la mano.”
Paco Ignacio Taibo II. “Historia General de Asturias, tomo VII: Octubre 1934 (El ascenso)”. Editor Silverio Cañada. Xixón, 1978.
“El cielo está nublado con ese color plomo tan común en el paisaje de Asturias.
Armando y yo decidimos ir nada menos que a Trubia. Son las nueve de la mañana y él tiene en Trubia una novia. Aprovechamos, para el viaje, la compañía de un tal Benito que se encamina a Huergo y es portador de un pase revolucionario del Comité de Noreña. Antes de partir nos enteramos de que vienen de la cuenca minera de Sama grupos de revolucionarios en camionetas para proveerse de víveres. Por esta vez, no molestaron a las industrias menores. Sabían adónde iban. Asaltaron la fábrica de don Justo, el cacique”.
Alfonso Camín. “El valle negro”. México, 1938.
“Si los planes del Comité provincial hubieran podido desarrollarse sin grandes quiebras y los obreros sindicalistas y socialistas de Gijón no hubiesen tenido que salir a poner en riesgo sus vidas con mezquinos medios de ataque, ya veríamos cuan distintos iban a ser los resultados; pero en Gijón se emprendió la lucha con treinta y tantas horas de retraso, a sabiendas de que Oviedo no había sido tomado aún y presintiendo que el movimiento no iba muy bien en el resto del país. No se olvide que la radio seguía dando, desde Madrid y Barcelona, noticias desfavorables para la marcha del movimiento, lo que indicaba a las claras que el Gobierno no había perdido este medio de comunicación y propaganda. Aunque fuera falso lo que la radio decía, mal síntoma era que pudiera seguir diciéndolo casi a los dos días de estallar la revolución”.
Ignacio Lavilla. “Los hombres de octubre”. Xixón, 2004.
“Hacemos saber:
Que el Comité Revolucionario, como intérprete de la voluntad popular, y velando por los intereses de la Revolución, se dispone a tomar, con la energía necesaria, todas las medidas conducentes a encauzar el curso del movimiento. A tal efecto, disponemos:
1º El cese radical de todo acto de pillaje, previniendo que todo individuo que sea cogido en un acto de esta naturaleza será pasado por las armas.
2º Todo individuo que posee armas en su poder debe presentarse inmediatamente ante el Comité a identificar su personalidad. A quien se coja con armas en su domicilio o en la calle, sin la correspondiente declaración, será juzgado severamente.
3º Todo el que tenga en su domicilio artículos productos del pillaje o cantidades de los mismos que sean productos de ocultaciones, se les conmina a hacer entrega de los mismos inmediatamente. El que así no lo haga, se atendrá a las consecuencias naturales como enemigos de la Revolución.
4º Todos los víveres existentes, así como artículos de vestir, quedan confiscados.
5º Se ruega la presentación inmediata ante este Comité de todos los miembros pertenecientes a los Comités directivos de las organizaciones obreras de la localidad, para normalizar la distribución y consumo de víveres y artículos de vestir.
6º Los miembros de los partidos y Juventudes obreras de la localidad deben presentarse inmediatamente con su correspondiente carnet para constituir la guardia roja que ha de velar por el orden y la buena marcha de la Revolución.
En Oviedo, a 9 de octubre de 1934.
El Comité Revolucionario”
Bando del Comité Revolucionario de Alianza de Obreros y Campesinos de Asturias.
“Obreros y Campesinos, pueblo de Grado:
El proletariado de toda España, con un valor y una heroicidad desconocidos, se baten con las fuerzas que aún defienden, aunque en los estertores de la agonía, el régimen de explotación.
El triunfo de nuestra causa es cuestión de horas.
Asturias particularmente, los obreros que han triunfado, se constituyeron en poder en Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Pola de Lena y Aller. Gijón y Oviedo estarán completamente en nuestro poder dentro de unas horas.
Vizcaya, Cataluña, Aragón, Levante, Valladolid y otras muchas provincias, están en idénticas circunstancias que Asturias.
En Madrid tenemos a raya a las fuerzas reaccionarias. Sólo falta para el triunfo total que vayamos creando los Cuerpos del ejército proletario disciplinadamente, obedeciendo ciegamente los mandos de los jefes superiores del Ejército Rojo.
Particularmente al pueblo de Grado, se advierte que quien tenga armas, las tendrá inexorablemente que entregar en el plazo del día de la fecha. Quien no lo haga, será considerado como enemigo del nuevo régimen, y como tal, se atenderá a sus consecuencias.
Igualmente se participa a los comerciantes que serán responsables de los víveres que tengan en su poder, los que tendrán que entregar al Comité Revolucionario sin ocultación de ninguna clase.
Se advierte igualmente que el Comité Revolucionario procederá con todo rigor contra los individuos que sin control del mismo intente saquear o apoderarse en su provecho de mercancías o cosas, las que son declaradas de utilidad pública.
¡Viva el Gobierno Obrero y Campesino!
Grado, 9 de octubre de 1934.
El Comité”
Bando del Comité Revolucionario de Grado. Aurelio de Llano Roza de Ampudia. “La Revolución en Asturias, 1934. Pequeños anales de quince días”. IDEA, Xixón, 1977.
FUENTE:
https://www.mieres.es/
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